Cuenta la vida, fuera de lo normal, de la francesa Séraphine de Senlis, una mujer natural de mil ochocientos sesenta y cuatro que fue pastora, entonces ama de su casa y, por último, pintora ya antes de hundirse en la insensatez. Inicios de siglo veinte. Séraphine Louis, de cuarenta y dos años, vive en Senlis y se gana la vida limpiando casas. El poco tiempo que le sobra lo ocupa pintando. Es la mujer de la limpieza de la Sra. Duphot, que arrienda un piso a Wilhelm Uhde, un marchante alemán maravillado por los pintores modernos y también ingenuos. A lo largo de una cena ofrecida por la Sra. Duphot, Wilhelm Uhde descubre un pequeño cuadro que había traído Séraphine unos días ya antes. Maravillado, lo adquiere y persuade a Séraphine a fin de que le enseñe otras obras suyas. .